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[Fanfic] El dia que me enamore de ti. (Gong Yoo, Park Shi Yoo, Lee Jun Ki......)

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Mensaje por Ayame Miér 16 Jun 2010 - 20:35

Me voy por ahi de cena y no me da tiempo a acabarlo xD. Os dejo un trozo y si vengo temprano, lo subo entero. Antes de que Strider me diga nada, lo pongo: ESTE CAPITULO NO ES RECOMENDADO PARA MENORES DE 18 AÑOS XDD.. Despues del aviso, os dejo el trocito XD

Una noche de tormenta


Shi Hoo tenía que resolver unos asuntos y además, el cielo había comenzado a oscurecerse, por lo que no tardaría en llover. Al regresar al hotel se disculpo conmigo desapareció por una puerta lateral del hall.

Aproveche que estaba sola para poder llamar a Eun Hye. La joven no tardo en cogerlo y me conto que todo iba bien por el hotel. La note extraña y le pregunte si había pasado algo. Me conto lo de Gong Yoo, pero al estar el en la habitación, no quiso decir mas. Me paso con el y, después de desearle que se recuperara, le pedí a Eun Hye que me llamara cuando estuviera sola.

Decidí que comería fuera. Había visto algunos barrios donde poder comprar, así que cogí un taxi y me dirigí a la parada de metro más cercana. Podría haber ido directamente en el coche, pero preferí moverme por mi misma.

Me baje en una conocida parada y camine por el centro comercial subterráneo. Era una calle que unía dos estaciones de metro y en las que podías encontrar de todo. Comí en un pequeño restaurante familiar, que apenas tenía dos mesas, pero que tenía una gran barra que ocupaba casi todo el local.

Pasee por el lugar e hice varias compras. Decidí pasear por la superficie, donde quizás encontrara alguna tienda de electrónica donde comprar algún aparato curioso. Al intentar salir a la calle, me di cuenta de que diluviaba y que era tarde, así que preferí volver al hotel y encontrarme con Shi Hoo, quien ya habría acabado lo que tenía que hacer.

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Park Shi Hoo colgó el teléfono y nervioso jugaba con él sobre la mesa. ¿Qué había pasado? En la prensa hablaban de Jun Ki y de Yu Ri. El no solía prestar atención a los cotilleos, pero ojeaba de vez en cuando las noticias si salía algún amigo. En la foto, aunque distorsionada, se veía claramente que era Jun Ki y que la chica, no podía ser otra más que Yu Ri.

El sabia de los sentimientos de ambos. La había ayudado en todo lo que había podido, e incluso había dejado que Jun Ki tomara la delantera porque lo consideraba un gran amigo. Sin embargo, el solo había conseguido hacerla llorar y que estuviera continuamente triste. No se merecía estar con ella.

Después de leer aquello en la prensa, no iba a parar hasta sacar a la luz quien había filtrado la información porque no quería que le hicieran más daño. La prensa coreana podía ser muy cruel y la oven, o había lidiado nunca con ella. Además, esta no era la única preocupación. Las fans no se quedarían quietas.

Desde que se entero de la noticia, había estado realizando llamadas para evitar el escándalo. Incluso lo había intentando anteponiendo el nombre del hotel, pero parecía imposible. Nadie sabía quien la había filtrado. Estaba demasiado preocupado, pues solo era cuestión de tiempo, que dieran con su nombre.

¿En que estaba pensando Jun Ki al exponerse así y exponerla a ella? Sería mejor que fuera a buscarla. Debía evitar que se involucrara. Quería dejarla al margen de todo hasta que se calmaran las aguas.

Al llamarla por teléfono, le indico que estaba de camino al hotel y que tardaría un rato en llegar. Shi Hoo decidió esperarla y, al pasar por recepción, vio a Jun Ki. Su primer impulso, fue acercarse a él y golpearlo. Sin embargo se contuvo. Cabía la posibilidad de que no supiera nada. El joven, al reconocer a su amigo se acero. Shi Hoo lo noto nervioso, pero no supo decir el porqué.

- ¿Qué haces aquí? – preguntó Shi Hoo.
- Tenía que arreglar algunas cosas y decidí pasar a saludaros.
- ¿Cómo sabias en que hotel estaríamos?
- Pregunte en la recepción del hotel de Busan – Jun Ki miro a ambos lados - ¿Dónde está Yu Ri?
- Ha salido – respondió Shi Hoo – no tardara en volver. Antes de que llegue, me gustaría hablar contigo.

Mientras se dirigían a la cafetería, Shi Hoo estaba pensativo. No cabía duda de que había ido a buscarla, ¿Qué otra cosa podía ser? Sin embargo, no iba a permitir que se fuera con él. Estaba seguro de que Jun Ki no sabía nada de lo ocurrido, así que cuando se sentaron en la mesa, además de pedir una copa, también pidió la prensa.

Jun Ki al principio lo miro confuso. Estaba claro que no iba a ser fácil decirle a Shi Hoo que él estaba enamorado de Yu Ri y que iba a intentar conseguirla. Al fin y al cabo eran amigos, no estaba bien pelearse por una chica. Pero ninguno de los dos podía ocultar mas sus sentimientos. Desde que lo vio, supo que algo pasaba, pero sabía que Shi Hoo nunca actuaba sin sopesar todas las posibilidades.

- ¿No piensas reaccionar? – pregunto Shi Hoo tras el silencio de Jun Ki - ¿Es que no te importa lo que pueda ocurrir? Si intentan destruir tu carrera, deberías preocuparte de que no destruyan también la suya. Estas aquí por ella, pero no puedo permitir que te la lleves.
- ¿De dónde ha salido esto?
- Fuiste a retenerla cuando venía a Japón, pero no lo conseguiste y ella se marcho. Has perdido tu oportunidad, ahora es mi turno.
- ¿No debería ser ella quien lo decidiera?

Yu Ri entraba en ese momento en el lugar. Estaba secándose el vestido cuando los vio sentados frente a frente. Estaban muy serios y se sorprendió de ver allí a Jun Ki. Hasta ese momento, no había pensado en el, pero al verlo allí, le hizo recordar todo lo ocurrido en el aeropuerto. Ella pensaba que se lo había dejado todo claro, que con lo que le había dicho era suficiente para que ambos permanecieran alejados, pero no lo había conseguido, pues allí estaba sentado.

Shi Hoo fue el primero en levantarse, escondió las revistas, y fue a darle un beso en la mejilla. Era una señal para Jun Ki de que Yu Ri le pertenecía. La invito a sentarse con ellos, pero los tres estuvieron en un incomodo silencio. Para romperlo, ella levanto las bolsas con lo que había comprado. Al hacerlo, Jun Ki se fijo en la pulsera.

- Se la he regalado yo – respondió Shi Hoo – pertenece a mi familia, se podría decir que desde que la acepto estamos saliendo.
- Ya veo – Jun Ki lanzo una triste sonrisa – me alegro por vosotros.

Yu Ri no podía permanecer más tiempo allí sentada. Estaba entre los dos, pero desde luego, estaba enamorada de Jun Ki. Las sensaciones que le despertaba él, no las conseguía con Shi Hoo. Para que se le erizara la piel, Jun Ki no necesitaba decir nada, simplemente estar frente a ella.

Se levanto y en un susurro se disculpo. Salió de allí corriendo. Jun Ki se levanto tras ella y la siguió, había salido al jardín. Un relámpago cruzo el cielo y luego se escucho el sonido del trueno. Comenzó a llover con fuerza y Jun Ki, cogiendo a Yu Ri de la mano, la llevo a un cobertizo cercano. Estaban empapados. Estaba decidido a hablar con ella, pero no sabia como empezar.

- Suerte la tuya de llevar capucha – dijo ella al acercarse a la ventana para ver si escampaba. Jun Ki sonrió, se acerco a ella y la rodeo con sus brazos - ¡Que crees que haces!
- No interpretes mal, el cobertizo es de madera y de la forma que cae la lluvia el ambiente es mas frio. Tu estas empapada y debes mantener el calor de tu cuerpo o sufrirás una hipotermia.

Ella opto colocarse lo más cerca posible de él. Con la cabeza entre sus rodillas y tratando de controlar los temblores, que no solo eran provocados por el frio. Al cabo de un rato, la lluvia se hacía más fuerte y el frio aumentaba. Ambos estaban abrazados sin proferir palabra. Jun Ki rompió el silencio.

- Seguro que nos están buscando.
- Park Shi Hoo estará preocupado – respondió Yu Ri – tal y como salimos…
- Seguro que escampa pronto – respondió Jun Ki – aunque debiste coger un paraguas.

Volvió a reinar el silencio, Yu Ri se iba poniendo más nerviosa y Jun Ki pasaba por la misma situación. Cuando ya no podían soportarlo mas, Yu Ri se volteo a mirarlo y ambos se quedaron mirando frente a frente y con sus bocas muy cerca. Jun Ki no se contuvo más y la beso. El beso fue correspondido por ella al separarse.

- Vaya, por primera vez no se qué hacer o decir.
- Me pasa lo mismo – susurro ella.
- Dime que sientes en este momento.

El la miro fijamente, tratando de encontrar la respuesta. Le sorprendió la claridad de su mirada, sin un asomo de miedo o desconfianza. Tomo su barbilla y Yu Ri le cogió la mano.

- ¿Y tú? – pregunto ella.

Jun Ki no le respondió, solo se acerco a ella, rodeo su cintura, la atrajo contra él y la beso de una forma más intensa que la anterior. Ella comenzó a acariciarlo y él le correspondió; ambos recorrían el cuerpo del otro, haciendo que el frio fuese desapareciendo y se convirtiera en una cálida y placentera sensación. Despacio se dejo llevar por los labios de ese ser que tanto amaba, el embriagador aroma de Jun Ki, la dejaba sin aliento, muy a pesar que se movía despacio en su boca. Se sintieron acalorados por el momento y Jun Ki comenzó a acariciar el cuerpo de la joven. Miro a Yu Ri y la beso, luego a su oído susurro "te amo" y ella mordió el lóbulo de su oreja suavemente.

Ella se incorporó un poco para deslizar sus dedos en la espesura del cabello de Jun Ki. Dejándole la cruel visión de su cuello desnudo. Incapaz de resistirse, el deslizo con suavidad los tirantes de su vestido y del sujetador, Y con el tacto de su nariz, fui recorriendo su piel hasta que hundió la cabeza en el cálido refugio; impregnándome del olor almendrado de su piel y el delicioso aroma de sus cabellos revoltosos, mientras su mano se perdía bajo su espalda.

Jun Ki dejo de besarla por un momento para contemplarla, se veía tan hermosa con sus mejillas sonrojadas y su respiración un poco agitada. Retiro lentamente la fina tela que cubría el cuerpo de la joven, acerco sus manos a los hombros de ella y fue retirando los breteles del sostén. Se acerco nuevamente a sus labios, los beso y al separarse un poco mordió el labio inferior de ella, luego fue dejando un camino de besos desde sus mejillas hasta su clavícula. Yu Ri solamente se dedicaba a disfrutar de sus dulces caricias, suspirando cada vez con más intensidad.

Ella se sonrojo, pero a la vez inclinaba un poco la cabeza hacia atrás para que Jun Ki besara mejor su cuello. El volvió y beso esos labios que lo tentaban, lo seducían, lo enloquecían. Se movieron por el cobertizo, sin dejar de besar los jugosos labios de la chica. La recuesto lentamente quedando encima de ella. Dejo de besarla y vio su rostro sonrojado tan tierno, tan inocente, tan puro y a la vez tan bello, tan sensual, tan salvaje. Por un instante dudo en quitarle esa inocencia, pero su decisión cambio en el momento en que vio que los ojos de Yu Ri estaban dilatados, lo cual demostraba su excitación, la sed de sentirle. Sonrió levemente y se apodero nuevamente de sus labios. En ese momento las prendas comenzaban a sobrar.

Yu Ri tomo el rostro de Jun Ki entre sus manos, que hasta el momento acariciaba la espalda de él, que todavía permanecía con su ropa y lo beso con ansias. Mientras su lenguas jugaban, él aprovecho para acercar sus manos al sostén y con mucho trabajo logro quitarlo. Acaricio y masajeo sus senos consiguiendo como resultado gemidos de Yu Ri que morían en su boca. Luego los beso, succiono y mordió un poco, hasta que ambos quedaran colorados y duros por la excitación. Ella se sentía en desventaja, ya que estaba prácticamente desnuda, a excepción de sus bragas. Entonces con un poco de fuerza, logro dejar a Jun Ki bajo ella y fue retirando su camisa dejando su pecho al descubierto. Lo beso y acaricio, mientras el joven gemía, sentía que él estaba disfrutando tanto como ella. Eso le gustaba. Jun Ki volvió a tomar el control y se agacho un poco para besar su vientre y siguió bajando…
Ambos quedaron desnudos y siguieron descubriéndose el uno al otro lentamente, como si cada rincón de sus cuerpos fuera un oasis de placer para el otro. El la beso en la boca, el cuello, sus brazos, sus senos, todo su ser. Se detuvo en sus senos y comenzó a rodear sus pezones con su lengua, a lo que Yu Ri reacciono gimiendo de placer. Ella lo acariciaba y a veces clavaba sus uñas en la espalda de él.

Jun Ki, mientras tanto, seguía explorando el hermoso cuerpo de Yu Ri con besos tiernos y caricias, a la vez que se sentía impresionado por la capacidad que había tenido era mujer de envolverlo en esa mezcla de sentimientos.

Esta vez Yu Ri tomo la iniciativa y comenzó a besarle el pecho sin dejar de recorrerlo con las manos. Jun Ki también gemía y ambos respiraban de forma entrecortada. El la tomo y la puso boca arriba. Luego, comenzó a besarla desde el pecho y fue bajando a la entrepierna, donde se detuvo para acariciarla con su lengua. Los gemidos de Yu Ri aumentaron cuando hizo esto. Ella solo le pedía más y él se lo daba, logrando llevarla a la cumbre del placer en dos ocasiones. Luego, ella lo jalo hacia sí, quiso premiarle también, a lo que respondió alborotando su cabellera, gimiendo y levantándola de forma súbita para volver a besarla en la boca.

Al fin había llegado el momento tan ansiado para ambos. Jun Ki la acostó e inicio la penetración. Yu Ri no sintió dolor alguno, estaba demasiado extasiada como para sentir otra cosa que no fuera placer. Jun Ki entro en ella y Yu Ri lanzo un grito que se confundió con los truenos producidos por la tormenta. Al principio se mecía suavemente sobre el cuerpo de ella, pero poco a poco fue haciéndolo con más fuerza y Yu Ri así se lo pedía. En cada embestida, Yu Ri no podía dejar de gemir y de vez en cuando alcanzaba a decir su nombre, a lo que él le contestaba con besos y caricias. Luego de un rato, ambos giraron y ella quedo sobre él.

Yu Ri tomo el control de la situación y comenzó a acariciarlo. Ambos lo hacían, ambos gemían y alguna vez gritaban de placer. Ella le besaba el pecho y el la tomaba de los cabellos y la atraía hacia sí. Muchas formas de amar siguieron a esta y luego de muchos minutos de intensa pasión, llego el momento cumbre de todo. Ambos descubrieron el paraíso. Ella estaba debajo de él y ambos se quedaron así durante largo rato, hasta que Jun Ki la tomo entre sus brazos como si no quisiera dejarla ir. Se habían olvidado completamente del frio y la tormenta.
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Mensaje por Ayame Jue 4 Nov 2010 - 20:43

Avanzamos lentamente xD

Park Shi Hoo entra en juego


Gong Yoo hacia dos días que no veía a Eun Hye. Sin embargo, recibió la visita de muchos compañeros. También ojeaba la prensa, donde daban información casi diaria de sus partes médicos. Fue allí donde se entero del escándalo del aeropuerto. En seguida supo de quien se trataba.

Cogió el teléfono y llamo a Park Shi Hoo, pero este no le contesto. A los pocos minutos recibió una llamada del joven. Shi Hoo entendía muy bien que había pasado y tampoco como la prensa se había hecho eco del asunto. Le pidió a Gong Yoo que investigara, pero el joven actor aun no podía salir del hospital. Aun así, le dijo que haría lo que pudiera.

La puerta se abrió y apareció Eun Hye. Parecía cansada, a pesar del maquillaje. La joven se dejo caer sin ganas en el sofá.

- Llevas unos días sin venir, ¿estas bien?
- Si – respondió ella – mucho trabajo en el hotel. ¿Cómo te encuentras?
- Bien, deseando salir de este horrible sitio.
- Cuando los médicos lo crean conveniente, saldrás.
- ¿Estas enfadada? – Gong Yoo miro a la joven. Comprobó que de su bolso salía una revista – veo que ya has visto las noticias.
- ¿Quién ha podido ser? – dijo bastante molesta – se ve claramente de quien se trata. Jeong Hoon tampoco se explica que ha pasado.
- - ¿En estos días te has visto con él? – pregunto Gong Yoo intentando mostrar indiferencia, pero su voz lo traiciono y Eun Hye supo que estaba molesto.
- Si, hemos intentado averiguar algo, pero nada. También quise hablar con Yu Ri, pero su móvil….
- Lo tiene Park Shi Hoo – respondió el joven – se lo dejo olvidado en un sitio y aun no ha podido devolvérselo.
- Por lo tanto ella aun no sabe nada. Se llevara un buen disgusto cuando se entere. Debería…
- Park Shi Hoo ha tomado medidas para que eso no ocurra.
- En Japón quizás no, pero la prensa investigara y cuando llegue a Corea…
- Shi Hoo también ha pensado en eso. Ella no tiene porque enterarse de nada.
- ¿Es que no le vais a decir nada? – pregunto sorprendida – tiene derecho a…
- Shi Hoo lo ha pedido como un favor.

Ella estuvo unos momentos en silencio. Se levanto e hizo una inclinación apenas perceptible con la cabeza y salió de la habitación. Gong Yoo se desplomo sobre la cama y cero los ojos. Si ya estaba enfadada, con sus palabras había aumentado ese enfado. Quiso llamarla para intentar arreglarlo, pero sabía que ella en este momento no iba a coger el teléfono.

Eun Hye estaba preocupada por su amiga, pero no podía evadir más tiempo su propio problema. Ella había estado pensando en la forma de que ellos se llevaran bien, pero era un deseo irrealizable. Estaba claro que se odiaban, porque cada vez que nombraba a uno en la presencia del otro, se molestaban. Todo era su culpa. Ella temía que todo esto terminara mal, pero no podía renunciar a ninguno. Tenía razones para amarles a los dos y, aun sabiéndose locamente enamorada de Gong Yoo, valoraba el tiempo pasado con Jeong Hoon. No quería perderlos pero no sabía si serian capaces de saludarse sin reproches ni malas caras. Cuando pensaba que la balanza se había inclinado hacia un lado, alguna reacción, gesto o sonrisa, volvía a remover todos los sentimientos y vuelta a empezar.

En el momento en que salía por la puerta, sonó su móvil. Era del hotel. Le pedias que fuera para allá por un asunto urgente. La joven colgó el móvil y se apresuro para llegar al lugar indicado.
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Aquella mañana ni siquiera el café conseguía que despertara de lo que, para mí, había sido como un sueño. Sin embargo, lo que ocurrió después me devolvió a la realidad de la manera más cruel que podía hacerlo. Al regresar a mi habitación, encontré a Shi Hoo en el pasillo. Había subido las bolsas que deje y estaba apoyado en la pared.

Mi primera reacción fue intentar salir de allí lo más rápidamente posible, pues no me sentía capaz de mirarlo a los ojos y decirle la verdad pero tampoco podía mentirle. Intente dar un paso atrás, pero el ascensor había desaparecido, alguien lo había llamado. Shi Hoo debió escuchar el golpe que di contra la puerta metálica, porque levanto la mirada y se acerco.

No dijo nada. Simplemente se acerco, acaricio mi pelo que estaba suelto y seco, para después marcharse. No había duda, se había dado cuenta de que algo pasaba. Mi reacción de salir corriendo había sido extraña, así como que Jun Ki saliera detrás mío. Sin embargo, más raro era que hacía unos minutos que había terminado de llover y que estuviera seca.

Con un suspiro volví a beber sin ganas un poco de café. ¿Qué debía hacer? ¿Preguntarle o confesarlo directamente? Hacía apenas unas horas que me había regalado algo que era muy importante para él y yo, había echado por tierra sus sentimientos con solo una acción. Mire mi muñeca intentando obtener una respuesta y descubrí, horrorizada, que la pulsera había desaparecido. Tuve que hacer un gran esfuerzo para tranquilizarme y repasar mentalmente cada lugar de la habitación donde había estado. No me la había quitado, de eso estaba segura. ¿Quizás se había caído en el cobertizo? Tampoco recordaba habérmela quitado, pero puede ser que en algún momento se rompiera el cierre y… No podía pensar con claridad. Mi mente estaba llena de imágenes de Jun Ki. Intente serenarme. Cogí el bolso y busque el móvil, quizás el supiera algo, pero este también había desaparecido.

No podía tratarse de coincidencias. Era imposible que perdiera las dos cosas. Cogí el bolso y volví a mi habitación. Estaba decidida no ver a ninguno de los dos hasta que encontrara la pulsera y el móvil.

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Jun Ki estaba sentado frente a su amigo Shi Hoo. Este último, lo había llamado por la mañana temprano. Al entrar en la habitación comprobó, por los periódicos que estaban encima de la cama, que las noticias en Corea continuaban alimentándose de rumores infundados. Además, la desaparición del joven actor, no había ayudado a frenarlos.
Shi Hoo estaba sentado en un escritorio hojeando unos papeles. Después de invitarlo a pasar, no hizo ningún comentario más, pero sabía que estaba molesto. Lo conocía desde hace años y, sus silencios siempre correspondían a que estaba meditando algo.

Si lo pensaba con detenimiento, el también estaría molesto. La chica, a la que acababa de declararse y de la que sabía que estaba enamorada de otro, pasa la noche con él. Todo era muy enrevesado y absurdo. Jun Ki no se explicaba cómo habían llegado a esta situación. Una posible respuesta era el hecho de que ambos habían ocultado sus sentimientos durante mucho tiempo. La inseguridad y el miedo, le había impedido acercarse y, en vez de aminorar sus sentimientos hacia ella, los había avivado. Puede que Shi Hoo hubiera pasado por esa misma situación.

Pero realmente lo sentía por su amigo. Jun Ki conocía el significado que tenia la pulsera que le había regalado a Yu Ri. Shi Hoo no se la había dado jamás a nadie. Eso significaba un importante paso para su amigo, pues realmente parecía querer estar con ella. ¿Debía retirarse y dejarle el camino libre? Jun Ki no se había dado cuenta de lo que realmente sentía por Yu Ri, hasta que casi la pierde. Aquel rechazo en el aeropuerto, lo había sumido en la desesperación y no iba a permitir que eso volviera a ocurrir. Estaba muy seguro de lo que quería, aunque eso significara enfrentarse a un amigo.

Sin embargo, Shi Hoo tenía razón. El escándalo que se había desatado a raíz de la escena del aeropuerto, le impedía regresar con ella a Corea. En ese sentido, ambos pensaban lo mismo. Yu Ri no debía enterarse de nada hasta que lo solucionara. Jun Ki sabía que en eso su amigo le llevaba ventaja.

- ¿Me has llamado? – dijo después de unos minutos en silencio.
- Quería hablar contigo – respondió Shi Hoo bajando los papeles y mirando la cama donde estaban las noticias - ¿Qué vas a hacer al respecto?
- Aun no lo he pensado – contesto Jun Ki con sinceridad – estoy meditándolo aun.
- Te diré cual es mi opinión para ver si te ayuda. Ahora que has desaparecido de Corea, el rumor se ha avivado. Dicen que te has fugado con tu amante y que has abandonado a la pobre Chae Rim. Nosotros deberíamos volver mañana a Corea, pero en esta situación, ella no lo hará. Posiblemente los periodistas se hayan hecho con la lista de pasajeros del avión y estén esperando en el aeropuerto.
- Aun no saben su nombre – intervino Jun Ki – por lo que…
- ¿De verdad crees que no lo han averiguado? – pregunto Shi Hoo – también saben toda su vida. El grupo Park es quien ha impedido que esa información salga a la luz.
- Veo que lo tienes todo controlado.
- No todo. Todavía hay algo que se me escapa de las manos – Shi Hoo lo miro fijamente, intentando descubrir el secreto que guardaba. Jun Ki desvió la mirada. No quería enfrentarse ahora con él. Shi Hoo sonrió triunfante - ¿Qué vas a hacer con Chae Rim?
- ¿Qué tiene que ver ella en esto?
- Pienso que lo mejor es que vuelvas a Corea – Shi Hoo saco un billete de avión de la mesa – sales dentro de tres horas. Debes solucionar todo este lio.
- Has pensado en todo – Jun Ki sabía que era una invitación a que dejara el camino libre pero… ¿Qué otra cosa podía hacer? – no quiero volver aun. Antes quiero ordenar mis ideas y…
- Te doy tres días de plazo. Después intervendré.
- De acuerdo – Jun Ki acepto el desafío – le pondré solución.

El joven se acerco a la puerta y se paro. Yu Ri aun no había hablado con él, ¿debería contárselo? Ahora mismo necesitaba la ayuda de Shi Hoo para protegerla. Si se lo decía, su reacción solo iba a perjudicar la situación. De momento se mantendría callado. Una vez que todo se solucionara, no iba a poder impedir que estuvieran juntos.

- No pienso renunciar a ella – dijo Shi Hoo cuando Jun Ki iba a abrir la puerta. El joven había vuelto a sus papeles y no le había mirado. Había sido un pensamiento que había lanzado al aire, consciente de que Jun Ki lo escucharía.
- Yo tampoco – susurro este apoyándose en la puerta, una vez hubo salido, y sacando la pulsera de su bolsillo – aunque eso signifique que dejes de ser mi amigo.
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